Barcelona Hoy | Invernal situación política se augura para Cataluña tras las elecciones que se celebrarán, Dios mediante y si las mesas pueden constituirse, el próximo 14 de febrero. Bien podría haber jugado semánticamente con el sentido de mis palabras y haber señalado infernal y sombrío panorama en Cataluña. Al fin y al cabo casi es lo mismo. Hoy hablaremos de las elecciones autonómicas en Cataluña:
El diagnóstico es sencillo, el pronóstico imposible de predecir, máxime cuando los chicos de Podemos, representados por Jéssica Albiach, y la marioneta de Pedro Sánchez, el ignoto e incapaz Luis Salvador Illa andan por medio. Y es que es sabido y reconocido el talante negociador con los independentistas, secesionistas y, en definitiva, fuerzas antiespañolas por parte del gobierno social comunista instalado en el palacio de la Moncloa.
No son de fiar y en la mesa tocinera de las “conversaciones” mantenidas con los republicanos, nacionalistas y separatistas lo están acreditando. En declaraciones chulescas, Pedro y Pablo, han manifestado su deseo de resolver la cuestión dando la espalda a España.
¡Nueve partidos se disputan representación en el parlamento catalán! ¡Ahí es nada! Parece que estuviéramos en clases de química, de ciencias o de formulaciones matemáticas. Un electorado fragmentado y muy radicalizado en la izquierda “pacifista”, “ecologista” y “feminista” campa a sus anchas, pero eso sí profundamente tolerantes y democráticos –según ellos claro-.
La violencia independentista en Cataluña
Baste ver las manifestaciones de respeto demostrado en Gerona, Vic, Barcelona y tantos otros sitios donde el candidato de Vox, Ignacio Garriga, tenía que afrontar un auténtico escenario bélico. ¿Es esta la democracia que defienden los acólitos y defensores de la nación catalana? No, es el ejemplo palpable de la intolerancia de los intolerantes. ¿Queremos esto para Cataluña? Por supuesto que no.
Elecciones en Cataluña | Tres furgones de los Mossos, que escoltaban a unos candidatos electorales constitucionalistas, han tenido que huir precipitadamente de un grupo independentista en Vic. Actos similares ocurrieron ayer en toda Cataluña. pic.twitter.com/VLiCrwlHcp
— Barcelona Hoy ?? (@BarcelonaHoy_es) February 7, 2021
La limpieza ideológica y la intransigencia no serán nunca rasgos definitorios de una sociedad abierta, plural y democrática. ¿La independencia, república o secesión es lo que resolverá los problemas económicos y sociales? Tampoco. Estas propuestas prehistóricas, rupestres, cavernarias y anacrónicas están fuera del concierto del sistema político de las naciones más avanzadas. O ¿es que no leen la fuga de empresas, inversores y capitales desde Cataluña a otros territorios? Una sociedad para que se pueda desarrollar debe tener estabilidad social y tranquilidad económica. La propuesta excluyente representa todo lo contrario a lo que realmente necesita el pueblo catalán.
Situación de los partidos políticos de cara a las elecciones autonómicas en Cataluña el 14 de febrero
Así pues en las elecciones autonómicas en Cataluña tenemos en liza tres bloques: el bloque por la separación de España, con ERC y cuyo candidato es el chico de Oriol Junqueras, Pere Aragonés; JxC con la chica de los recados de Carles Puigdemont como referente, Laura Borrás; CUP con la radical Dolors Sabaté como abanderada y, finalmente, PDC defendida por Marta Pascal. Todo un conglomerado de variopintas tendencias a favor de la salida de España.
El segundo bloque lo configuran los felones y traidores a España, así de claro, así de rotundo. En el menudeo del juego político les da igual Juana que su hermana, lo importante es estar en la poltrona a cualquier precio.
Desde posturas demagógicas y maquiavélicas, apelan a la concordia, el diálogo y el encuentro. ¿Para hablar de qué? ¿Para negociar qué? Sabemos lo que quieren sus contertulios y lo que pretenden es sencillamente ilegal, inadmisible y vergonzoso, por humillante e impositivo ¿Qué es para ellos la Constitución, o España? Nada vale, por tanto todo está en venta. En este grupo se encuentra el PSC del ilustre ex ministro de Sanidad, aclamado por su gestión durante la pandemia, pero verdadera marioneta del ínclito presidente de gobierno y valedor. Peor, pero no sorprendente, es la actitud de la marca catalana de Pablo Iglesias, ECP, siempre dispuesto a dinamitar la unidad patria y defender las excelencias de los regímenes comunistas y bolivarianos del peor pelaje ideológico del occidente de Europa. Su cara estará representada por Jéssica Albiach, dicharachera y mitinera sin discurso medianamente admisible.
Por último los llamados constitucionalistas. Cs, con Carlos Carrizosa como candidato de Inés Arrimadas, intentará evitar un desastre monumental. No es para menos, dada la ambigüedad con la que se mueve en la arena política la formación naranja. Pronostico que sus resultados irán dando fin a un partido que como UPyD se fue desangrando convocatoria electoral tras convocatoria electoral. De esto sabe mucho Rosa Díez. Deberían aprender de las lecciones que nos enseña la historia.
El PP, con el siempre exultante Alejandro Fernández, intentará recoger beneficios de la fuga de votos de Cs en estas elecciones autonómicas en Cataluña, pero nunca alcanzará los resultados que cosechó en su momento Alejo Vidal-Cuadras. Desde entonces los populares en Cataluña han naufragado una y otra vez, y mira que han intentado todo tipo de fórmulas.
Finalmente, Vox, que irrumpe con fuerza y propuestas directas, sin rubor ni complejos. Ignacio Garriga, su candidato, representa la ilusión para una derecha abandonada, olvidada y cautiva de sus propios errores y vaivenes ideológicos. No restan votos al PP, cautivan la voluntad de aquellos que se sintieron abandonados a su suerte en la era de Mariano Rajoy. Su presencia en el Parlament será muy interesante para presentar oposición dura a los que hoy les apedrean en las calles y plazas públicas. Palabra frente a insultos y agresiones. Es la diferencia entre los intolerantes y los que no lo son.
La ruleta rusa catalana comienza a girar y con ella se juega el futuro de España como Reino y como nación, y de Cataluña como comunidad. Los españoles queremos a Cataluña en España, Cataluña es España, mientras la mezquindad ideológica sectaria y excluyente se empeña en devolver al antiguo condado a la noche de los tiempos pasados, a las tinieblas de la orfandad y la debilidad. Cataluña es más fuerte dentro de España, España es más fuerte con Cataluña como tierra hermana. No tengan la menor duda. ¡Cataluña, despierta!
Doctor en Filosofía y Letras
Licenciado en Historia Antigua e Historia Universal
Diplomado en Teología y Antropología religiosa
Estudios Superiores en Egiptología