Manifestación feminista en Madrid el 8M
Manifestación feminista en Madrid el 8M

El ejercicio de irresponsabilidad epidemiológica del pasado domingo dejó un par de escenas para comentar. Empecemos con el escrache sufrido por la representación de Ciudadanos en la manifestación de Madrid.


La participación del partido naranja en eventos de este tipo tiene todo el sentido del mundo si atendemos a su condición de liberal; no es pertinente, en consecuencia, criticar su asistencia ni por motivos ideológicos ni estratégicos. De hecho, si nos centramos en este último ámbito, las conclusiones sólo pueden ser las contrarias: con su presencia, Villacís, Roldán y compañía dejan constancia de cuán sectario es el movimiento feminista predominante.

Ministras con guantes de látex el Día Internacional de la Mujer
Ministras con guantes de látex el Día Internacional de la Mujer

Mi reticencia a banalizar cierta encarnación del mal acontecida en el siglo anterior me impide emplear una etiqueta habitual para referir a este grupo; me limitaré a hablar, por lo tanto, de “feminismo radical”.

El feminismo radical del 8M

El feminismo radical no concibe la posibilidad de la libre asunción de roles por parte de la mujer. Su origen marxista exige la aceptación obligada de los dogmas típicos, esencialmente el de adscripción ideológica. Una mujer de derechas, por simplificarlo mucho, no podrá ser jamás, bajo su punto de vista, una auténtica feminista. Dicho de otro modo, cualquiera que se aleje del modelo fijado (“la nueva mujer socialista”, por establecer una comparación histórica) queda al margen del movimiento.

Begoña Gómez, «la mujer de» que terminó contagiada de coronavirus

El otro suceso a destacar ha pasado algo más desapercibido: Begoña Gómez, mujer del Presidente del Gobierno, encabezó la representación del PSOE. Gómez no se limitó a llevar la pancarta, sino que, secundada por Carmen Calvo y Nadia Calviño, ocupó el centro exacto de la misma.

Begoña Gómez está contagiada de coronavirus

Begoña Gómez se contagió de coronavirus durante el 8M

Su chófer y guardaespaldas también han dado positivo.

Teniendo en cuenta la relevancia de las personas que la rodeaban, uno no puede sino pensar que su presencia allí solo se explicaba por su condición de “esposa de”. Todo muy feminista. Aunque la importancia del hecho, que no deja de ser meramente simbólica, queda en nada si recordamos que el Centro para África, el organismo dependiente del Instituto de Empresa que dirige, fue creado expresamente tras el éxito de la moción de censura que llevó a Sánchez por primera vez a la Moncloa. La acumulación de indecencias del Presidente juega en nuestra contra: de tantas que son, sólo recordamos unas pocas.

El PP participa dividido en el 8M

Comentario aparte merece la participación (el detalle de no llevar pancarta es irrelevante) del Partido Popular. Mientras que lo de Cs se justifica por la naturaleza del partido, muchos votantes del PP no acaban de entender el porqué de la concurrencia de la formación a los actos organizados. Otra cosa sería, obviamente, que miembros del partido hubieran acudido a título individual. Pero teniendo en cuenta el marcado carácter progresista de las manifestaciones, ¿de verdad era necesaria la presencia popular?

«Pablo Casado debería tomar nota de nuestra historia política reciente para darse cuenta de lo rápido que pueden cambiar las cosas.»

Cayetana Álvarez de Toledo no tardó en desmarcarse de la decisión, lo cual le costó (ya es tradición) las cobardes críticas anónimas de los mediocres del partido. Isabel Díaz Ayuso, por otra parte, siguió sus pasos unas horas más tarde. El episodio pone sobre la mesa una cuestión fundamental: ¿cuál es exactamente el posicionamiento ideológico del PP en estos momentos?

La negligencia de convocar una manifestación masiva el 8M en plena crisis de coronavirus

El partido parece sentirse cómodo entre el conservadurismo de VOX y el liberalismo de Ciudadanos. Es de esperar, si sigue el retroceso de los segundos, que mantengan la aproximación al centro que vienen llevando a cabo en los últimos meses. Pero si la recién elegida presidenta Inés Arrimadas logra revertir la tendencia descendente de la formación naranja, ¿qué espacio le quedará al Partido Popular? Pablo Casado debería tomar nota de nuestra historia política reciente para darse cuenta de lo rápido que pueden cambiar las cosas.

Volvamos a la primera frase del artículo. A mi parecer, la sociedad española acepta en su gran mayoría que, hoy por hoy, la mujer se encuentra en una situación de desigualdad en determinados aspectos; hay disparidad de opiniones, eso sí, en cuanto a qué se debe hacer para corregir dicha situación.

Los que consideren que las manifestaciones resultan efectivas para lograrlo tienen reconocido en nuestra Constitución el derecho a realizarlas. Dicho esto, ¿era el momento, ahora que el auge del coronavirus aconseja evitar las grandes aglomeraciones, de organizar un evento semejante? El argumento del perfil local del asistente está hecho por y para besugos.

Pensaba que la negligente gestión de la crisis sanitaria por parte del Gobierno no alcanzaría cotas semejantes. Cuando los casos se sigan multiplicando a lo largo de las próximas semanas, quizá nos acordemos de aquel 8 de marzo en el que el feminismo se movilizó en los tiempos del coronavirus.    

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