Inicio una nueva singladura en la que voy a intentar mantener un contacto semanal con los lectores que espero que sea divertido, incisivo y en algún momento divulgativo. Me presento.

Jorge Molina Sanz
Jorge Molina Sanz

Me acerco con humildad, con un enorme respeto, pero con toda la carga de mis ideas, convicciones y mi rechazo a situaciones que, por mucho que analizo, no alcanzo a entender desde una perspectiva intelectual y que choca con la objetividad de los hechos, los datos y las cifras.


Por ello mis percepciones personales pueden irritar y dejar las «vergüenzas al aire» de algunos circunspectos y patéticos líderes, aunque todo ello será dicho con mucha ironía, algo de escepticismo y seguro que sin «maldad» ¡Eso no es posible en mí!

Vengo publicando una columna semanal en diversos medios de comunicación digitales a lo largo del territorio español en la que abordo, en cada artículo, un tema de actualidad política, social o económica. Son artículos desenfadados en los que intento dar una opinión valiente y alejada de lo que suelen ser los criterios al uso.

«Algunos malvados dirían que «nací en Cataluña, pero que no soy catalán». Lamento defraudarles»

El periodista y director de varios medios de comunicación, Joaquín Abad, en el prólogo de mi libro «Desde mi aldea. Diálogos con mi viejo marino» me define como un «verso suelto», posiblemente por no ser periodista, y porque en mi actividad profesional y empresarial no suele ser habitual que alguien escriba tan a contracorriente, y de temas tan delicados y escabrosos. Eso da pocos réditos. Aunque creo que las canas que ya peino y el momento que vivimos nos obliga a dar un paso adelante, ser valiente y luchar porque nuestra sociedad sea un poco más justa, más objetiva, más realista y mejor. En la que la razón tenga más cabida y, aunque no olvidemos el corazón, dejar aparcadas las sensaciones, los instintos primarios y la manipulación, quizás por aquello que dijo Albert Einstein de que «el mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad».

Sí, soy un catalán de nacimiento y por comportamientos, pero que ha intentado ver el mundo como nación

Estoy feliz, me causa una enorme e íntima satisfacción iniciar esta columna y agradecer la oportunidad de abrir esta ventana para comunicarme en la tierra que me vio nacer, porque soy un catalán de nacimiento, aunque algunos malvados dirían que «nací en Cataluña, pero que no soy catalán». Lamento defraudarles, porque todos los expertos dicen que la personalidad y otros muchos aspectos se conforman en los primeros años de vida hasta la adolescencia, y éstos sin duda son catalanes.

Sí, soy un catalán de nacimiento y por comportamientos, pero que ha intentado ver el mundo como nación, por lo que me cuesta entender tanta pacatería y estrechez de miras. ¡Mi Cataluña no es esa!

Y aunque quiero ser una persona universal, mi visión y sentimientos siempre son meridionales y mediterráneos, y éstos siempre me acompañan y me acaban absorbiendo. Me gusta cada día ver el «Mare Nostrum».
En mis artículos, asisto a las charlas cotidianas de dos personajes entrañables: un viejo marino, sabio, socarrón y algo descreído, junto con una joven profesora, aguda, culta y entre irónica y divertida; y yo no soy más que un simple espectador y me dejan ser un «voyeur» que los acompaña. Por lo tanto, mi mérito es escaso, puesto que mi labor se reduce a transcribir y prologar sus diálogos.

Espero que seamos capaces de crear una buena corriente de comunicación, por mi parte estoy abierto a sus comentarios, críticas o censuras. Los parabienes y felicitaciones te envanecen, pero no te ayudan a crecer, éstos los dejaremos para mejor ocasión.
Gracias por leerme.

2 COMENTARIOS

  1. Siempre logra sorprenderme! Y aunque nuestros puntos de vista sean francamente diferentes no son en ningún caso opuestos. Las diferentes perspectivas sólo hacen que la persona se enriquezca y eso es lo que ha sucedido conmigo en estos últimos 5 años. Gracias!

  2. Bien Jorge cuenta conmigo para seguirte a ti ,a tu viejo marino y a tu joven profesora.
    Felicidades por tu nueva contribución.
    Santiago Martin

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