Palau Requesens, el primero de la ruta de los palacios medievales de Barcelona
Palau Requesens, el primero de la ruta de los palacios medievales de Barcelona

Iniciaremos aquí un circuito que recorrerá las calles Lledó, Cometa, Palma de Sant Just, Reina Elionor y aledaños, en busca de esos palacios medievales de Barcelona que albergaron a lo mejor de la aristocracia catalana, mansiones nobiliarias edificadas por grandes señores que, en el siglo XIX, la burguesía emergente despreció, mutiló, derribó o convirtió en edificios de viviendas por estas calles, ni las reconocerás. Hoy hablaremos de una popular ruta por el casco antiguo de Barcelona visitando sus palacios medievales.


El gran cambio del barrio medieval de Barcelona

Si hace más de siete años que no paseas hace tan sólo dos días esto era un barrio semirruinoso, triste y con un alto nivel de delincuencia, pero lo hicieron suyo un grupo de jóvenes con inquietudes artísticas y bajo presupuesto que tabicaron los bajos de esos palacios para habilitarlos como estudios, talleres, tiendas, bares, restaurantes… todo precario, pero con grandes dosis de entusiasmo e imaginación. Ellos han montado aquí exposiciones efímeras, fiestas espontáneas en plena calle jornadas de puertas abiertas y otras iniciativas hasta conseguir darle al barrio un aire desinhibido, moderno y en la onda.

Ahora, estos palacios medievales de Barcelona, que empiezan ya a ser recuperados formalmente y con unos alquileres altísimos, tienen una intensa vida íntima que tendrás de descubrir. Nosotros te ayudamos pero, para lograrlo, tu paseo deberá ser sosegado, tendrás que saber mirar, atreverte incluso a tocar algún timbre y estar preparado para cualquier hallazgo espontáneo, por que aquí ni todo es evidente, ni siempre hay lo mismo. Si no eres de Barcelona tienes que animarte a visitar la ciudad. Ahora más que nunca hay billetes de alta velocidad a bajo precio de Avlo, un puente aéreo, y autobuses cada media hora de y hacia Madrid. Si no te lo puedes permitir piensa que siempre puedes recurrir a microcréditos.

¿Dónde comenzar la ruta de los palacios medievales de Barcelona?

Palacios medievales de Barcelona. Interior del Palau de Requesens en el casco antiguo de Barcelona
Interior del Palau de Requesens

Asómate primero a la calle del Bisbe Caçador, a un paso de la plaza de Sant Just, un cul de sac cerrado por el Palau Requesens, conocido también como el «Tinellet» por su parecido con el palacio del Tinell. Es la sede de la Reial Acadèmia de Bones Lletres, institución que desde 1790 promociona el conocimiento de la historia y literatura catalanas. Construido sobre la muralla romana en el siglo XIII, es el palacio medieval más grande de Barcelona, con un gran patio de escalera descubierta desde la que se accede la planta noble a través de una galería de arcos ojivales.

Palau Fivaller, el primero de los palacios medievales de Barcelona

Palacios medievales de Barcelona. Palau Fivaller en el casco antiguo de Barcelona
Palau Fivaller

La calle Lledó, que baja suavemente hacia el mar, es la más noble de nuestro recorrido. En el número 4, está el Palau Fivaller. Gótico y con el típico portal de medio punto adovelado de las residencias de la Corona aragonesa. En el número 5, más modesto, nació Francesc Moragas (1868) fundador de la Caja de Ahorros de Barcelona. En los bajos del número 7, dentro de un palacio renacentista de grandes dimensiones, está Lledó Set, un taller donde una pareja de artesanos trabaja en la recuperación del alma de viejos muebles. Abren al público sólo por las tardes, de 17:00h a 20.30h, con una cuidada selección de pequeños muebles, joyas transformadas o de época y otros objetos antiguos.

Palacio medieval de la reina Leonor, el más desconocido de la ruta por el casco antiguo de Barcelona

El número 6 es (o estaba) el Palau de la Reina Elionor, del siglo XIV, que fue derruido en el siglo XIX. Se conocía también como Palacio Real Menor. En los bajos del número 8 hay un comercio arruinado y curiosísimo, la Granja Mas Carbó, siempre cerrada. Asómate y verás dentro, además de una acumulación de objetos insólitos, la doble fachada que tenían las tiendas, vivienda de otras épocas.

En la esquina con la calle Cometa está Cometa Lledó, una tienda dedicada al interiorismo, restauración y recuperación de muebles. El número 11 es un caserón del siglo XVIII, bien conservado, en el que destaca el patio.

La calle Lledó en el corazón del casco antiguo de Barcelona

La calle Lledó acaba en la bajada de Viladecols. En el número 4 de esta calle encontraréis Blanco Studio, del escultor Javier Pérez Blanco y la interiorista Maura Erigoyen, donde todo es de vidrio, desde las joyas hasta las sillas. En el número 2 bis de la bajada de Viladecols hay una tetería muy agradable para descansar y tomar un buen zumo de frutas o una infusión acompañada de pasteles varios, La Clandestina, que ocupa el local de un antiguo archivo de la Generalitat reciclado a base de color e ingenio. Además, hay aquí (aunque no siempre) ropa usada, libros y otras ofertas culturales.

Acercaos luego a la plaza de los Traginers, que tiene como fondo una de las torres circulares de la muralla romana, hasta hace poco un rincón sucio y maloliente, pero que gracias a la llegada de Cap Problema, una tienda-taller de bicicletas que ha dado lugar a un movimiento de gente joven y sana, ha cambiado de imagen, y ahora, restauradas ya algunas de sus casas, se ha convertido en un rincón delicioso también por la noche. En verano, abre aquí la terracita del restaurante El Salón (Hostal del Sol, 6 y 8).

La zona del palacio medieval Gualba

Por la calle Jupi llegaréis a otro de esos locales que vale la pena descubrir, Júpiter (Jupi, 4), un saloncito con diversos ambientes y mobiliario rescatado del contenedor, en donde te ofrecerán tés, infusiones varias y una pequeña carta de platos calientes para comer o cenar.

Seguid luego por la calle Regomir para descubrir grandes mansiones con patios imponentes, algunos abiertos a la calle la diminuta capilla de Sant Cristòfol que formaba parte del palacio de los Gualba.

Capilla de Sant Cristòfol en el casco antiguo de Barcelona
Capilla de Sant Cristòfol

La capilla se construyó en 1530 fue remodelada completamente a finales del siglo XIX por Joan Martorell. Está dedicada a san Cristóbal, un santo muy milagroso cuyo poder radica en proteger de muerte violenta a todos aquellos conductores que lo visiten antes de salir de viaje.

El 10 de julio de 1907, coincidiendo con la festividad de este santo, se celebró aquí por primera vez la bendición de los automóviles, una tradición que continúa repitiéndose cada año por la misma fecha. Además, los viernes a las 19.30h hay misa.

A través del callejón de Sant Simplici nos asomaremos al Pati Llimona, otro de los palacios medievales de Barcelona. Se trata de un palacio renacentista convertido en centro cultural, en cuyo patio es posible visitar los restos de una de las cuatro puertas de la muralla romana que se abrían a la ciudad (de lunes a viernes, de 10 a 14h y 17 a 21h. Sábados y domingos de 10 14h).

La Casa de l’Ardiaca o Casa del Arcediano al final de la ruta por el casco antiguo de Barcelona

Palacios medievales de Barcelona. Casa de l'Ardiaca
Casa de l’Ardiaca

Uno de los edificios que particularmente nos gusta más, y que descubrimos en una exposición sobre el varias veces centenario «Diario de Barcelona» es la Casa del Arcediano. Un palacio medieval de Barcelona inicialmente del siglo XII, con amplias reformas en el siglo XVI, XIX y XX. Se construyó sobre la muralla romana y hoy es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona.

La parte más bella es obra de uno de nuestros arquitectos modernistas preferidos: Lluís Domènech i Montaner, aunque las partes «góticas», en realidad son neogóticas. Por cierto, la muralla romana todavía es visible en la parte baja.

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