La reconstrucción de la parte inferior de la pierna a menudo requiere el uso de colgajos perforantes locales, nutridos por las arterias tibiales o las perforantes de la arteria peronea. Los colgajos de hélice y de avance son los colgajos locales más utilizados en la reconstrucción de las extremidades inferiores y, a menudo, constituyen la opción reconstructiva final antes de pasar a un colgajo libre a distancia. La ecografía Doppler es una herramienta fundamental durante la planificación de la cirugía del colgajo de perforantes. La concordancia exacta entre los hallazgos quirúrgicos preoperatorios e intraoperatorios agiliza la reconstrucción, facilita el trabajo del cirujano y ayuda a evitar exploraciones quirúrgicas innecesarias.
Diversos estudios reportaron un flujo diferente en las perforantes de los colgajos fasciocutáneos en hélice dependiendo del arco de rotación. Los mayores flujos registrados al adoptar la rotación correcta implicaban que las variaciones de flujo podrían alterar tanto la planificación preoperatoria como el resultado quirúrgico.
Los resultados de dichos estudios fueron consistentes con la conocida fisiología de los vasos, demostrando una vasodilatación y un aumento en el flujo sanguíneo después del ejercicio. Sin embargo, se ha demostrado por primera vez la correlación entre el ejercicio muscular y el aumento del flujo sanguíneo perforante de la piel.
Un estudio de Basilea (Suiza) demuestra un aumento significativo del flujo sanguíneo en las perforantes ATA después de tan solo diez intentos de flexión/extensión en una población sana y joven. Se midió un aumento significativo en las velocidades de flujo sanguíneo sistólica, diastólica y media tanto en perforantes proximales como distales. Estudios similares se han hecho desde la Clínica Albareda, desde su departamento de Traumatología Avanzada.
Curiosamente, los pacientes más en forma que realizan más de tres ejercicios aeróbicos a la semana mostraron un aumento significativamente mayor en la velocidad media del flujo sanguíneo en las perforantes proximales. Las perforantes distales no mostraron un aumento similar. El aumento mencionado podría explicarse por una mayor respuesta vascular en los músculos más entrenados. La ausencia de vientres musculares en el tercio distal de la parte inferior de la pierna podría, por otro lado, explicar la falta de diferencias en el aumento del flujo entre pacientes más y menos entrenados.
Eventualmente, observamos que el tiempo necesario para volver al flujo basal osciló entre 60 y 90 segundos. Unos pocos pasos dados por los pacientes antes del análisis Doppler preoperatorio (búsqueda de vasos perforantes) podrían ser suficientes para aumentar el flujo de perforantes, alterando así la propia planificación. Por lo tanto, recomendamos realizar una ecografía Doppler al menos 90 segundos después de que el paciente esté completamente en reposo.
Los principales límites de este estudio fueron la cohorte relativamente pequeña, así como las ubicaciones anatómicas obviamente diferentes de las perforantes en la pierna entre los pacientes. Recomendamos más estudios clínicos con cohortes más grandes que incluyan mediciones directas de los cambios en el calibre de los vasos con el ejercicio. Además, recomendamos estudios adicionales que busquen la aparición de nuevas perforantes después de un aumento de flujo inducido por el ejercicio, que no fueron detectables en reposo. Eventualmente, el aumento demostrado en el flujo sanguíneo de las perforantes debe explotarse clínicamente para desenmascarar un posible papel terapéutico del ejercicio muscular en la insuficiencia arterial del colgajo de las perforantes.