Torre del Mar en Málaga es uno de los grandes centros turísticos de la Costa del Sol oriental en Andalucía. Hoy vamos a contarte qué ver en Torre del Mar, qué puedes hacer, la historia de la ciudad malagueña y qué sitios merece la pena visitar en los alrededores de la localidad. Aquí se encuentran algunos de los mejores hoteles en España, entre otras cosas porque hay cerca localidades muy turísticas como Frigiliana (puedes reservar un free tour aquí).
Administrativamente, la ciudad depende del Ayuntamiento de Vélez-Málaga, a pesar de la importancia que ha adquirido en las últimas décadas y de que con más de veinte mil habitantes, un número que en temporada de verano se triplica ampliamente, supera al centro administrativo.
Cómo llegar a Torre del Mar
Conforme se llega a la ciudad desde Almayate, lo mejor es tomar a la izquierda una desviación que hay a la altura de la gasolinera y dejar el automóvil en el aparcamiento público que existe junto a la estación de autobuses. Aunque si se quiere, se puede seguir por la avenida de Andalucía y aparcar en cualquier hueco libre. La ciudad cuenta, no obstante, con hasta nueve aparcamientos públicos bien señalizados donde es posible estacionar el vehículo por largo tiempo.
La estación de autobuses ocupa el lugar de la antigua estación del ferrocarril de vía estrecha que unía Málaga con Vélez-Málaga, de la que se sigue conservando el edificio. El tren estuvo funcionando desde 1908 hasta 1968, con la Compañía de Ferrocarriles Suburbanos de Málaga, la empresa belga que lo construyó. Circulaba por la costa y, aunque en un principio su destino era solo Vélez-Málaga, poco después se amplió hasta Ventas de Zafarraya, llegando a existir incluso el proyecto de prolongarlo hasta Granada, también por la costa. El edificio muestra una estética historicista, componiendo un gracioso juego de volúmenes, con aleros que recuerdan a los nazaríes. La fábrica es a base de bloques de piedra hexagonales, destacando la teja vidriada de color verde de la cubierta.
Jardines de la Casa de la Viña
Al lado de la estación está el mercado de abastos y enfrente los románticos jardines de la Casa de la Viña, de principios del siglo XX. Estos jardines, que muestran una poderosa arboleda en la que predominan los eucaliptos, constituyen una muestra de las numerosas zonas verdes muy bien cuidadas con que la ciudad cuenta. Esta es la zona más antigua, que tiene su corazón en la cercana plaza de la Axarquía, en el centro de la cual se conserva un pequeño resto del castillo, hoy desaparecido, con un panel explicativo de su arquitectura, distribución y uso.
Avenida de Andalucía
Desde aquí es bien fácil dirigirse a la avenida de Andalucía, ayer travesía de la carretera N 340 y hoy gran eje dotado de buenos edificios, de abundantes comercios de distintos tipos y de establecimientos de hostelería. En su extremo occidental confluencia de la avenida Antonio Toré Toré, hay una rotonda en la que aparece una escultura que lleva el título de Utopía, obra del pintor y escultor axárquico Francisco Martín. Representa a una joven subiendo una frágil escalera que intenta alcanzar la luna. En la avenida Antonio Toré Toré, un monolito recuerda al prolífico constructor. Aquí está también el cementerio de la ciudad.
Junto a la rotonda se encuentra la sede de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol y de la Axarquía y detrás, el parque de la Memoria, en el que se recuerda la huida a pie de más de cien mil malagueños y axárquicos, hombres, la mayoría ancianos, mujeres y niños, que fueron cruelmente ametrallados en la carretera por la aviación y la marina franquistas, con centenares de víctimas.
Avanzando hacia el este por la avenida de Andalucía se alcanza la transversal calle del Mar, cuyo cruce es conocido por los torreños como Las Cuatro Esquinas.
Iglesia de San Andrés de Torre del Mar
Al norte de este cruce y transversales a la del Mar se suceden una serie de calles tradicionales y de hondo sabor torreño. A solo unos pasos de las Cuatro Esquinas se sitúa la iglesia de San Andrés, edificio de traza moderna que guarda una imagen de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, con la que el 26 de julio organizan la procesión marinera más llamativa de toda la costa.
Torre del Mar tuvo otra iglesia en la zona del castillo, a la que se llevó por delante el terremoto ocurrido el día de Nochebuena de 1884. En 1888 se construyó un nuevo templo en el solar del actual, con proyecto de Eduardo Adaro, autor del edifico del Banco de España de la plaza de la Cibeles de Madrid, el cual fue derruido, dado su mal estado, para construir en su lugar el que hoy se ve.
Al lado de la iglesia se abre la plaza de Juan Aguilar Osuna, guardia civil herido por un comando de ETA, al que se recuerda en un pedestal. Aquí hay también un grupo escultórico formado por un anciano y una niña que tira de él, obra de Francisco Martín, que representa la reivindicación de Torre del Mar para independizarse de Vélez-Málaga. En este lugar se sitúa la estación del tranvía que desde 2006, año de su inauguración, hasta 2012 unía Torre del Mar con Vélez-Málaga en poco más de quince minutos. Con una inversión de cuarenta millones de euros, fue clausurado por falta de rentabilidad y ahora presta sus servicios en Sidney (Australia) adonde ha sido trasladado.
Hogar Virgen de la Victoria
Dos pasos más adelante, en medio de un gran jardín arbolado, se localiza el Hogar Virgen de la Victoria, edificación construida por la familia malagueña de los Larios, antigua residencia para inválidos del trabajo, que fue colegio e internado y hoy es un centro de protección y acogida de menores dependiente de la Junta de Andalucía.
Prosiguiendo por la avenida se alcanza la calle Manuel Azuaga. Aquí se encuentra lo que fue la Azucarera Nuestra Señora del Carmen, de la que pueden verse en la actualidad tres chimeneas y la triple nave principal.
El cultivo de la caña
El cultivo de la caña y la extracción de ella del azúcar era tradicional en la zona al menos desde tiempos de los árabes, pero en el siglo XVIII casi desapareció debido a la competencia que le hacía Cuba y los países antillanos con el trabajo de los esclavos. En el siglo XIX, Ramón de la Sagra y Peris se propuso resucitar la industria, para lo que creó este ingenio que, tras diversas vicisitudes, pasó a poder de la familia Larios en 1847. En los años setenta del siglo XX los Larios vendieron la fábrica y esta entró en declive, hasta su cierre en 1991.
Actualmente, después de su restauración, se ha procedido a instalar aquí la Escuela de Organización Industrial, estando prevista también la instalación de un Centro de Interpretación de la Caña de Azúcar. Aquí se encuentra también la casa de los Larios, gran edificio burgués con dos cuerpos cubiertos con teja a dos aguas unidos por un tercero con pendiente a la fachada, construida en 1888 y situada en medio del más bello jardín de la ciudad. Después de algunos años de abandono, se procedió a su rehabilitación y en ella se ubican la Tenencia de Alcaldía, el Conservatorio de Música y la galería de arte Cipriano Maldonado. En el exterior se muestra una de las grandes máquinas de vapor de las que estaba dotado el ingenio azucarero.
Las playas de Torre del Mar
Frente a la iglesia de San Andrés se abre el espléndido paseo de Larios, que lleva hacia el mar. Abierto en el siglo XIX en un terreno cedido por la familia Larios, es un lugar de paso y de observación y es también el mejor sitio para tomarle el pulso a la ciudad. Se encuentra ajardinado, aunque a comienzos de este siglo, los naranjos y plátanos que lo poblaban han sido sustituidos por árboles palo borracho, tropicales, que encajan mejor con el clima y el ambiente. Grandes edificios de traza moderna lo flanquean, en sustitución de los que edificaron en su día los primeros veraneantes que llegaban a Torre del Mar.
Villa Mercedes
De estos, queda aún uno hacia la mitad del paseo, en la acera de la izquierda caminando hacia el mar, Villa Mercedes. Se trata de un buen ejemplar de arquitectura historicista construido en el siglo XIX. Más o menos a esta altura, hay una escultura en bronce de un perro marcando el territorio. Se trata de Carmelo, la mascota del escultor Francisco Martín, autor de la obra, que constituye un homenaje al que llaman el mejor amigo del hombre, copia de la cual se encuentra en bastantes ciudades de Andalucía, de España y de Europa.
Paseo Marítimo de Torre del Mar
El paseo de Larios desemboca en el Paseo Marítimo de Torre del Mar, que discurre paralelo a la playa. Para los aficionados al mar este es, sin duda, el mayor y más atractivo aliciente de Torre del Mar. Con más de 4 km de longitud, el paseo está considerado como el mejor de Europa.
No discurre sobre la arena, como suele ser lo normal en otras latitudes, sino que una ancha franja ajardinada lo separa de aquella y lo convierte en una espléndida vía peatonal apta tanto para el paseo distendido como para la contemplación de las azules aguas o, simplemente, para el lucimiento a cualquier hora del día y aun de la noche. Ortega y Gasset habló elogiosamente de este lugar, aplaudiendo con palabras sonoras su amplitud y, más aún, su luminosidad. En este punto, glorieta de Larios, hay una escultura del jabegote o marengo, obra de Jaime Fernández Pimentel, homenaje a estos hombres de la mar. Este es el punto medio del paseo que, aunque no pierde continuidad, se encuentra dividido arbitrariamente en dos zonas paseo marítimo de Poniente y paseo marítimo de Levante.
El faro de Torre del Mar
En el extremo occidental se encuentra el faro, una torre cilíndrica de 30 m de altura, construido en 1976 para sustituir a otro mucho más bajo que aún se conserva en la avenida Antonio Toré. Su esbelta silueta domina la ciudad, hasta el punto de que se ha convertido en símbolo de la misma. Desde este punto se contempla un precioso cuadro del caserío con las cumbres de las sierras Tejeda y Almijara al fondo.
A lo largo del paseo hay un gran número de restaurantes, chiringuitos, bares y cafeterías. Hay también una serie de paneles de cerámica con poemas del escritor malagueño Manuel Alcántara y en el jardín, con flora tropical y mediterránea, se alternan las fuentes con las esculturas de personajes de la vida local y regional. Hacia el final del paseo de Levante se encuentra el edificio racionalista del Club Náutico de Torre del Mar, declarado Bien de Interés Cultural.
La playa es un extenso arenal de la misma longitud que el paseo y de 60 a 70 m de achura de arenas de color castaño procedentes de la erosión de los macizos montañosos de los alrededores. Un morro de rocas, desplazado ligeramente del centro hacia levante, la divide nominalmente en sintonía con el Paseo Marítimo. Playa muy cuidada, dispone de todos los servicios, sombrillas, hamacas, acceso minusválidos, duchas, aseos, etc., siendo, sin duda, la mejor de toda la Costa del Sol Oriental.
Historia de Torre del Mar
Su nombre deriva de una torre vigía que los musulmanes levantaron en el siglo X. Se cree que en sus proximidades, concretamente en la desembocadura del río Vélez, existió un poblado bástulo al que los romanos denominaron Maenoba, convirtiéndolo en un importante centro comercial marítimo, debido a sus excelentes condiciones de puerto natural. No obstante, de la población actual no se tienen noticias hasta el siglo XI, época aún de la dominación islámica. De este momento es una cita que aparece en las memorias del rey zirí de Granada Abd Allah Ibn Buluggin (1073-1090), último de la dinastía, en que llama al lugar Mariyyat Ballis.
Algún tiempo después, en el siglo XIV, el viajero egipcio Abdel Basit da cuenta del importante tráfico de navíos que arribaban a sus orillas para cargar, sobre todo, los excelentes higos y almendras que se producían en la zona.
En el siglo XV, la población aparece dotada con un castillo para prevenir y controlar posibles ataques de piratas o de armadas extranjeras, lo que da idea de su importancia estratégica. En 1704, en el marco de la guerra de Sucesión, se produjo un enfrentamiento naval frente a sus costas entre las armadas francoespañola y angloholandesa, enfrentamiento que acabó en tablas, pero que produjo un gran número de muertos. Poco después, el castillo será reforzado y se instalarán dos baterías de cañones pesados más cerca de la playa. Ya en el siglo XIX, entre 1842 y 1848, Torre del Mar logró independizarse de Vélez-Málaga, pero tuvo que volver a depender de esta última a causa de dificultades económicas.
La explosión turística en la costa del Sol
El arranque del turismo data de principios del siglo XX, cuando, atraídos por sus formidables condiciones físicas y climáticas, veleños y gente acomodada de Granada y de Málaga construyeron aquí sus residencias de verano. Pero sería a partir de los años sesenta de dicho siglo cuando el turismo iniciaría el formidable despegue que lo condujo hasta la situación que hoy ocupa, principal pilar de la economía torreña. El primer impulsor del desarrollo turístico fue el veleño Antonio Toré Toré, conocido amigablemente como Toto, quien entre 1965 y 1975 construyó más de tres mil viviendas, organizando al mismo tiempo fuertes campañas promocionales de la población tanto en España como en el extranjero.
Qué ver en los alrededores de Torre del Mar
La Caleta de Vélez
El puente de Río Seco separa Torre del Mar de este enclave veleño que, como su nombre indica, consiste en una pequeña ensenada, fenomenal abrigo natural que ha dado cobijo a embarcaciones de distintas culturas a lo largo de la historia.
Tradicionalmente fue un lugar de pescadores. De hecho tiene un puerto de pesca que, al día hoy, sigue siendo el más importante de la provincia por la cantidad de capturas. Pero, en la actualidad, se ha convertido también en un atractivo centro turístico, como lo prueban las numerosas urbanizaciones que alternan con invernaderos a un lado y a otro de la carretera N 340, que, en la travesía, recibe el nombre de avenida de Andalucía.
Cuenta con un excelente puerto deportivo, con 273 amarres para embarcaciones de hasta 25 m de eslora. Un cómodo paseo marítimo recorre una extensa playa que se extiende prácticamente desde el puente de Río Seco hasta el puerto pesquero, unos 1.000 m de longitud. Es urbana, de arena blanca con alguna gravilla y de unos 30 m de ancho y suele tener una fuerte ocupación en temporada alta. Sobre las urbanizaciones se localiza el campo de golf Baviera, diseñado por José María Cañizares, con 18 hoyos y par 72, y dotado con todos los servicios complementarios
Torrox
Al otro lado del puerto deportivo de la Caleta y sin solución de continuidad aparece la playa del Algarrobo, que se extiende hasta la desembocadura del río del mismo nombre. Tiene 800 m de longitud y unos 20 m de anchura y sobre ella continúan las urbanizaciones, que siguen sin interrumpirse, salvo por leves parcelas agrícolas, hasta Mezquitilla, con la playa del mismo nombre, de unos 650 m de longitud y también unos 20 m de anchura, con un agradable paseo marítimo. Todavía en el término de Vélez-Málaga, la carretera prosigue hasta la barriada de Lagos, que cuenta con la playa de Pijil, de unos 1.000 m de longitud por solo cinco de anchura, compuesta de grava fina, poco frecuentada, aunque sus aguas son de mucha calidad.
Poco después, alternándose las urbanizaciones con campos de labor, aparece El Morche, gracioso núcleo poblacional de pescadores ayer y hoy de carácter turístico, ya en término municipal de Torrox, que cuenta con una excelente playa de arena oro viejo y 1.200 m de longitud por 40 de ancho y con excelentes servicios. A esta playa le sigue casi sin interrupción la de El Cenicero, en Los Llanos, que se extiende hasta la punta de Torrox. Tiene unos 1.200 m de longitud por 50 de ancho y es de arena oscura. Aunque es urbana como las anteriores, es de la que menos ocupación tiene de esta zona incluso en temporada alta.