El poblado ibérico de Ca n’Oliver, también conocido como Can Oliver, es uno de los reclamos patrimoniales e históricos más importantes de Cerdanyola. Situado en la cima de una de las colinas de la sierra de Collserola que mira hacia el Vallés, representa un espacio muy importante para la investigación y la difusión de la cultura ibérica en la comunidad autónoma de Cataluña. Así, además de disfrutar de un paisaje que nos transporta a la historia de nuestra tierra, el poblado nos permite entender mejor la vida de nuestros antepasados en la Laietania, donde hoy día se encuentra Cerdanyola.
La historia y el descubrimiento
El poblado está situado de manera estratégica sobre una colina, como la mayoría de los poblados laietanos ibéricos, desde donde las familias de posición social más elevada podían controlar ampliamente el territorio. Cerdanyola estaba dividida en campos de cultivo, con terrazas para adaptarse al terreno, y pequeños núcleos agrícolas. Desde la colina se observa y controla toda la llanura del Vallés.
De la existencia del poblado se tiene constancia desde el año 1919, pero las excavaciones no comenzaron hasta 1954. Los trabajos se abandonaron durante los años 60 y se continuaron a partir de 1986 a cargo del Colectivo de Investigaciones Arqueológicas de Cerdanyola y, más adelante, por empleados del Servicio de Patrimonio del ayuntamiento de nuestra ciudad.
Los trabajos de investigación continuados, la exposición permanente del museo, los más de 2000 m2 de restos arqueológicos musealizados, los tres edificios ibéricos reconstruidos y un amplio abanico de actividades dirigidas a todo tipo de público permiten al visitante descubrir la cultura ibérica. Las exposiciones temporales y otras propuestas vinculadas a la historia y el patrimonio local reflejan la riqueza cultural de Cerdanyola.
Cerdanyola, tierra de Iberos es el nombre de la exposición permanente del museo. Ocupa una superficie de 290 m2 y está dividida en siete grandes ámbitos temáticos a través de los cuales se presenta la cultura ibérica. Paneles retroiluminados interactivos, composiciones audiovisuales, reconstrucciones y más de 500 objetos arqueológicos procedentes de los yacimientos de Cerdanyola forman la colección.
Aparte de esta exposición permanente, el museo ofrece una oferta educativa para conocer con más detalle todo lo que hace referencia al poblado ibérico. Esta oferta va muy enfocada a centros educativos para que hagan visitas y excursiones con sus alumnos. Hay programas diferentes, destinados cada uno a edades diferentes, repletos de actividades, talleres y charlas. El objetivo, sin embargo, es el mismo para todos: entender y conocer el poblado ibérico de Ca n’Oliver.
Críticas al museo del poblado de Ca n’Oliver
El museo de Ca n’Oliver, pese a que está pagado por todos los vecinos de Cerdanyola, y que pretende pretende ser un polo de atracción turística, solo utiliza el catalán en todos los paneles, vídeos y audios. Incluso los folletos informativos y carteles están solo disponibles en catalán. Esta decisión se tomó durante el mandato del gobierno socialista en 2010, siendo alcaldesa Carmen Carmona Pascual (PSC). El actual alcalde de Cerdanyola, Carles Escolà Sánchez (Compromís per Cerdanyola), ha continuado con el veto al castellano, en este y en el resto de museos de nuestra localidad.