Carles Escolà (CUP), alcalde de nuestra localidad, vuelve a manchar el nombre de Cerdanyola del Vallès. Esta tarde hemos recibido la desagradable noticia de que por enésima vez ha vuelto a utilizar los recursos públicos para sus asuntos personales. Si hace unos meses era pagarse un viaje a Waterloo para visitar al prófugo Puigdemont, ahora se trata de utilizar los perfiles oficiales de nuestro ayuntamiento para hacer unas declaraciones sonrojantes. Concretamente ha ordenado grabar y subir un vídeo al canal oficial del ayuntamiento en Youtube donde no ha tenido reparos en utilizar los símbolos de nuestro municipio.
La justicia le ha abierto diligencias previas por haber desobedecido las sentencias que le obligaban a no utilizar los recursos e instalaciones públicas para el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
«Lo volveríamos a hacer. Es más, lo volveremos a hacer.»
Ha admitido que hizo «todo lo que estaba en sus manos» para que la celebración del 1-O fuera posible en el municipio, y haciendo gala de un cinismo indefendible ha dicho que trató de que hubiera la máxima «normalidad» y «garantías» para la ciudadanía. ¿Cómo puede haber normalidad y garantías en un referéndum ilegal?
La falta de ética no se ha quedado ahí, también Escolà ha amenazado a la justicia con repetirlo: «lo volveríamos a hacer. Es más, lo volveremos a hacer.»
Escolà ha denunciado el supuesto «carácter político» de este procedimiento, y ha vuelto a «reafirmar su compromiso con el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán». Como si utilizar el dinero y las instalaciones públicas tuviera algo que ver con el carácter político de sus asuntos judiciales.
Cabría preguntarse si ese derecho a la autodeterminación del que habla también lo tiene el barrio de Bellaterra, que organizó un referéndum para separarse de nuestro municipio y lo ganó con un 94%. Nuestra Tabarnia particular. Ahora los partidarios de que la E.M.D. de Bellaterra se segregue de Cerdanyola del Vallès, después de que la Generalitat les negara su «derecho a decidir», han cambiado su estrategia y están haciendo gestiones para anexionarse a Sant Cugat. El municipio más rico de España después de Las Rozas.
Si todo esto no fuera suficientemente rocambolesco, Carles Escolà ha escogido hacer sus declaraciones junto a una foto de Salvador Allende, que sufrió un golpe de estado por parte de una facción que trató de tomar el poder y no respetó la constitución de su país. Poco más o menos lo que pasó en Cataluña en 2017.
Un alcalde que miente
- Carles Escolà prometió no pagar la deuda del ayuntamiento antes de llegar al poder, y cuando se ha sentado en el sofá de la alcaldía no solo ha pagado la deuda sino que lo ha hecho con intereses de demora, incluso los productos bancarios tóxicos.
- Prometió que sancionaría a los bancos y por supuesto no lo ha hecho. Permitió también que el barrio de Bellaterra convocara su referéndum de independencia y una vez realizado no quiso reconocer los resultados.
- Tiene tres cargos de confianza que rechazaba tajantemente cuando era oposición.
Hoy Carles Escolà ha sido portada en toda España, pero en Cerdanyola sabemos de lo que hablamos, lo conocemos (y lo sufrimos) más que nadie. ¿Hasta cuándo seguirá avergonzándonos nuestro alcalde?