La lista oficialista apoyada por Pedro Sánchez se ha impuesto en las elecciones primarias del PSOE en Andalucía. De esta manera, el secretario general de los socialistas impone su autoridad en el seno de su formación. Pero conviene saber leer los resultados puesto que, sin duda alguna, es un mensaje para los díscolos barones de otros territorios, menos cómodos con las estrategias de partido que Sánchez viene exhibiendo y demostrando. Me refiero a Guillermo Fernández Vara (presidente de la Junta de Extremadura y secretario general de los socialistas de Extremadura); Emiliano García Paje (presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y secretario general del PSOE manchego) y Javier Lambán Montañés (presidente de la Diputación General de Aragón y secretario general de su partido en aquellos territorios).
Susana Díaz Pacheco (ex presidenta de la Junta de Andalucía y, todavía, secretaria general del PSOE de Andalucía) ha sido derrotada con un 38,43% de los votos (12.127 sufragios) frente a los de su contrincante, Juan Espadas Cejas (alcalde de Sevilla, ex consejero de la Junta de Andalucía y ex senador), que obtuvo el 55,19% (17.415 votos).
Una diferencia notable, 17 puntos porcentuales. Sin embargo hay otros datos que deberían ser valorados en las primeras elecciones primarias celebradas en la más importante federación socialista de España, que cuenta con 46.000 militantes. No se pueden obviar estos datos: el tercer candidato en liza, Luis Ángel Hierro (profesor universitario), cosechó un 5,5%; que la abstención supero el 20% y que, pese a todo, Susana Díaz ganó en las provincias de Córdoba, Málaga y Almería. Es decir, el PSOE andaluz está descosido, divididito y desmotivado. Ahora vienen tiempos difíciles en los que abordar un congreso regional, unos congresos provinciales y una oposición al actual gobierno de Juanma Moreno, que parece tener el viento de cola a favor.
Las repercusiones de las elecciones primarias andaluzas son claras. La oposición interna a Pedro Sánchez se irá diluyendo como azucarillo en aguardiente, es decir, aquel que ose medirse con un candidato oficial será condenado al ostracismo en el seno de la organización. Por lo pronto, Fernández Vara, empieza a suavizar su discurso, a endulzar sus declaraciones y tratar de escabullirse del naufragio de su intrépida compañera. Solamente García Paje –por el momento- parece resistirse a hincar la rodilla ante su secretario general.
La situación es la siguiente, el que se mueva no sale en la foto. Me temo por tanto que el reinado de Sánchez en el Comité Ejecutivo Federal será incuestionable, incontestable e imperativo. El camino de la radicalización cobrará nuevos bríos y empujes para sus narcisistas pretensiones de ser el jefe de estado que nunca será. El mensaje andaluz ha tenido resonancia en las demás federaciones. Fuera del apoyo al oficialismo sanchista no hay vida política en el actual PSOE. Así de claro y así de conciso.
¿Susana Díaz? Pues es un cadáver político víctima de su atrevimiento, su rebeldía y, como no, de los pésimos resultados obtenidos en las últimas elecciones autonómicas andaluzas. Además, según todas las encuestas la debacle socialista en la próxima convocatoria, a día de hoy, se anuncia como clara. Queda tiempo y se puede revertir la situación. Susana está quemada, derrotada y destronada, por el contario, Juan Espadas no, parece que en Sevilla su gestión disfruta de simpatías. Así que nadie de por ganadas unas lejanas elecciones regionales. Hoy, para los populares pintan oros, quizá mañana pinten bastos. Demasiado tiempo y a buen seguro que se agilizará el proceso de renovación interna. De las artimañas y el juego sucio, la maquinación y la metamorfosis de que es capaz Sánchez no permiten dormirse en los laureles.
Susana Díaz ha hecho lo que debía, oponerse hasta el final a su secretario general con dignidad, sabedora de su inminente defenestración. No ha querido que el verdugo o el sicario sanchista la decapitaran, ha muerto luchando en la arena política. Me parece muy elogiable y honesto. Es mejor morir de pié que morir de rodillas pidiendo clemencia. Pero también es cierto que no era un contrincante con garantías en la pelea por el gobierno de Andalucía. Ahora se inicia una limpieza o purga en la planificación de las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales en las listas socialistas del mediodía español. Previamente, se exiliará, proscribirá, perseguirá y ajusticiará a los seguidores declarados de Susana Díaz, políticamente se entiende. Muchos se pondrán a resguardo, pero muchos más exhibirán su conversión al bando “juanista” valedor del todopoderoso y ególatra Pedro Sánchez. No cuentes al tiempo lo que el tiempo te contará –decía mi madre-.
No habrá adelanto electoral “a la madrileña” por parte del Partido Popular andaluz. Es inteligente no hacerlo. Juan Manuel Moreno, tan sosegado y tranquilo como hábil y escurridizo, espera que el tiempo vaya agotando los plazos. En el Parlamento de Andalucía, se paseará ante la debilidad de una oposición derrotada en su propio partido; su coalición con Ciudadanos le funciona como anillo al dedo, es decir, del naufragio del partido naranja obtendrá un rédito político muy importante, amén de nuevas servidumbres de alguno de sus dirigentes que, intentando no hundirse con el barco naranja, rendirán vasallaje a su protector y valedor; Vox tendrá un peso específico importante, casi imprescindible, pero jamás maquinará para que la izquierda tome el poder.
Todo esto lo sabe Moreno que, de reojo, mira hacia Génova para acomodar su personal estrategia. Su crédito en Madrid depende de sus resultados electorales y, sabido es por todos, que no fue un declarado y profeso “casadista”, pues siempre estuvo alineado con las tesis de Feijoo, partidario de la candidatura oficialista de Soraya Sáez de Santamaría, como otros “conversos” de última hora. Así pues hay que tener cuidado y serenidad para efectuar una lectura a la andaluza de lo que ha ocurrido y ocurrirá allí, pero también en otros lugares del todavía Reino de España.
Doctor en Filosofía y Letras
Licenciado en Historia Antigua e Historia Universal
Diplomado en Teología y Antropología religiosa
Estudios Superiores en Egiptología