Carles Puigdemont y Quim Torra.
Carles Puigdemont y Quim Torra.

Navegando a través – Los políticos tienen poca memoria y lo que ellos llaman diálogo es un trágala de lo más totalitario.


Nuestro viejo marino nos lanza un envite:

—Me asombra la desmemoria de los políticos independentistas, parece que padecen amnesia y que han olvidado todo lo que han hecho durante estos años.

La joven profesora comenta:

—Piensa que los políticos en general, y los independentistas en particular, tienen la memoria de un pez, olvidan lo que han dicho y no tienen ningún empacho en decir o hacer lo contrario. Además, hablan de diálogo, cuando lo que quieren decir es que asumas sus posiciones, es decir un diálogo de besugos. Doblemente peces.

El marino continuó:

—Es cierto, estos independentistas son desmemoriados y se creen sus propias mentiras. La verdad ha dejado de tener valor. Con ellos vivimos en la mentira y encima han creado un mecanismo endiablado a costa de nuestros impuestos.

Nuestra joven profesora, con sorna, comentó:

—¿No te parece que estos insignes próceres son unos peces políticos amarillos, los civilibus flavo piscis? Aunque estos independentistas son unos peces de acuario, porque viven en su propio ecosistema.

Risas y continuó:

—El acuario independentista está lleno de guppy, científicamente pecilia reticulata, peces que se reproducen con facilidad, y aunque hay hasta veinticuatro subespecies con bellos colores, en este acuario catalán intentan eliminar a los que no luzcan un reluciente color amarillo; son peces sectarios.

Ahí intervino nuestro marino:

—El que me gusta es el pez payaso, el amphirion ocellaris, en el que se observa una deformación viciosa en su boca, pretende ser el líder, aunque se nota que es un actor secundario y, como su propio nombre indica, hace payasadas solemnes, muy vitoreadas entre sus filas, pero que mueven a la hilaridad. No olvidemos a su jefe, el aphyosemion australe, conocido como el pez killy. Este pez pretende parecer majestuoso, estadista y valiente, pero no deja de ser un tonto solemne y cobardón que huyó a la primera de cambio. Este pez, dado a saltar y salirse del acuario, y aunque ahora esté fuera, está más dentro que nunca.

—No olvidemos —dijo la joven profesora— al pez corneta amarillo, el carassius auratus. Un pez muy resistente, que suelta rufianadas con desvergüenza y descaro. Igual que haría un pregonero, va con su corneta y su mensaje cínico del que debería sentir vergüenza.

Pedro Sánchez estrecha la mano de Oriol Junqueras
Pedro Sánchez estrecha la mano de Oriol Junqueras

El marino le sucedió:

—En el acuario, actuando de reina madre está el pez amarillo eléctrico, el labidochromis caeruleus. Especie de peces tranquilos y dóciles, si las condiciones son favorables, consigue engañar, con su apariencia y pose de predicador. No obstante, su origen y su manifestación santurrona no debe engañarnos, sus actos son peligrosos. 

—Estos peces piensan que en su acuario —siguió—, están al margen de las inclemencias del tiempo y de los riesgos del mar abierto, pero lo único que demuestran es cobardía, engaño y están llevando a una gran tierra a que pierda el rumbo. Creen que están en un estanque dorado y lo único que esperan es que entre todos les paguemos sus privilegios, prebendas y ocultar sus desmanes.

Intervino la joven profesora:

—Como sigamos así vamos a convertir a nuestro país en una federación, confederación o estado plurinacional de acuarios asimétricos. Aquello de divide et impera —divide y vencerás— podría interesarle a Julio Cesar, a quien se atribuye la frase, pero a nuestro país más se le serviría aquella otra de «la unión hace la fuerza».

Nuestro viejo marino remató:

—Lo cierto es que en la política catalana hay una fauna que no nos merecemos. Nos marchamos disfrutando de la mañana viendo el mar; y comentamos que es más fácil navegar, aunque sea a través.

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