Adiós, año de la Rata. Hola 2021, año del Búfalo
2021, año del Búfalo

El 2020 ha sido un año realmente sorprendente. No recuerdo a ningún experto o futurólogo que hubiera vaticinado la que nos ha caído encima.


China parece ser el origen de una pandemia de ciencia ficción que ha provocado un caos sanitario y económico desconocido para los que nacimos después del holocausto de la 2ª Guerra Mundial.

Un virus invisible se coló en nuestras entrañas, modificando nuestros hábitos más comunes, poniendo en jaque la economía mundial y provocando lo nunca visto en España: el cierre de bares y restaurantes en todo el país. Hecho que no había sucedido nunca, ni en los peores momentos de nuestra trágica Guerra Civil. Al parecer, según “previsiones optimistas”, un 30 por 100 de los negocios ya no volverán a abrir.

El virus ha terminado con la vida de unas 70.000 personas, entre afectados directos e indirectos de la pandemia. Ha destrozado los ahorros y ha hundido a miles de pequeños y medianos empresarios generando un ambiente de miedo e incertidumbre de incalculables consecuencias.

Cataluña supera a Madrid en muertes por Covid-19

A día de hoy, nadie puede asegurar lo que pasará con este virus Covid-19. Según los expertos, este parásito ya no desaparecerá de nuestras vidas. Mutará constantemente y tendremos que aprender a convivir con este jodido parásito utilizando vacunas, mascarillas y los nuevos antivirales.

En lo económico, en lo comercial, nada volverá a ser igual. Aunque logremos convivir con el virus, como si fuera una gripe más fuerte de lo habitual, las reuniones comerciales presenciales de antaño – con comida, café y un digestivo – caerán un 50 por 100. El teletrabajo, el trabajo desde casa en zapatillas mientras vigilas la cocción de unos huevos pasados por agua, aumentará entre un 30 y un 40 por 100.


¿Qué pasará con los negocios inmobiliarios de venta o alquiler de oficinas? ¿Qué pasará con los ahorros que se han invertido en negocios relacionados con el turismo? ¿Qué pasará con el comercio minorista presencial? Todo es incertidumbre. Los datos económicos no ayudan a ser optimistas. La economía española, que ocupa el puesto 14 en importancia a nivel mundial, es la que peor ha salido parada de este trance. La OCDE prevé una caída del 11,6 por 100 de nuestro Producto Interior Bruto (PIB) en el 2020. Si la variación de 1 punto del PIB supone la creación o destrucción de 150.000 empleos, la caída -de entrada- del PIB en un 11,6 por 100 supone la pérdida de 1.700.000 empleos.

Ahora mismo, es cierto que la sangría del paro está contenida por la prolongación de los ERTE que afectan a 750.000 trabajadores. Pero ¿qué pasará cuando finalicen los ERTE? ¿Qué pasará cuando retiren la respiración asistida a las empresas españolas? Los voceros del Gobierno y los políticos de medio pelo van repitiendo por ahí que la solución está “en cambiar nuestro modelo económico”. ¡Unos genios, oiga!¡Cómo si cambiar el modelo económico de un país (proceso complejo que suele llevar como mínimo un par de décadas) se pudiera hacer en un año o dos.

El Gobierno deja fuera de las ayudas a los autónomos

Lo que no cuentan esos voceros de la manipulación es que el cambio de nuestro modelo económico- a corto y medio plazo- será traumático y generará más perdedores que ganadores. La economía verde, de entrada, creará trabajos de escasa cualificación como los convenientemente llamados “técnicos de selección de basuras” para plantas de reciclaje o temporeros de mantenimiento de montes y caminos. Actividades muy loables, desde el punto de vista de la Naturaleza, pero de escaso valor añadido comparados con la manufactura electrónica i tecnológica.

La digitalización de nuestra economía también traerá, inicialmente, consecuencias adversas para el empleo. Más del 90 por 100 de las empresas españolas tienen menos de 10 empleados. Cualquier experto en gestión de procesos sabe que la total digitalización de una empresa de estas características, en áreas como administración o ventas, significa la eliminación de 3-4 puestos de trabajo sobre una plantilla de 10.


En la nueva realidad, naturalmente, surgirán nuevos nichos de empleo relacionados con la prevención de la salud, la atención a la tercera edad, servicios relacionados con el turismo, mantenimiento de coches eléctricos y tareas vinculadas con la energía eólica y solar entre otras nuevas actividades. Cada vez habrá más autónomos y personas con trabajo a media jornada que complementarán su sueldo con ayudas del Estado.

Muchos creemos que lo peor que nos podía pasar durante esta pandemia, desde la perspectiva de la Gobernanza del país, es estar en manos de unos incompetentes. Los errores han sido garrafales (no les quiero deprimir con la interminable lista de chapuzas) pero sí destacaría dos: ¿por qué el Gobierno de España, dada la gravedad de la situación, no movilizó desde el primer momento todos los recursos sanitarios del país? ¿Por qué no se contó también con la sanidad privada? ¿Por qué no se permitió a todos los laboratorios privados realizar test sobre el Covid-19 desde el minuto 1?

La psicología en tiempos de covid

El Gobierno dio la espalda a los medios de la sanidad privada porque, según dijo uno de sus ministros, “eso iba crear desigualdad”. Es decir, que iba a generar “ciudadanos de primera”-los que se podían pagar el test- y “ciudadanos de segunda”-los que no se lo podían pagar. ¡Increíble! Nunca he oído semejante estupidez. ¿Acaso los test realizados por laboratorios privados no hubieran liberado medios en los centros públicos para realizar test gratuitos a las personas con escasos recursos? Con esta concepción errónea de la igualdad parece que el Gobierno, en realidad, nos prefiere a todos potencialmente infectados o enfermos. ¡Menuda igualdad!

Insisto. Lo peor que nos ha pasado es estar gestionados por un Gobierno cuyos socios son antisistema. Partidos como Podemos, los separatistas vascos y los separatistas catalanes no saben gestionar la complejidad de una sociedad moderna donde la diversidad de los flujos económicos se mezcla con la variedad de ideas, creencias y hábitos vitales. No saben generar dinamismo, ni riqueza. Nunca lo han hecho y son incapaces de hacerlo ahora. Siempre han vivido en la crítica destructiva, el odio al otro (¿saben que el partido de Otegui no quiere que el AVE llegue al País Vasco?) y, ahora, que han tenido la oportunidad de tocar poder gracias al oportunismo de Pedro Sánchez, solo saben comprar voluntades con subvenciones y cuestionar el sexo de los ángeles.


El Gobierno ha tenido la cara de presentar los ERTE a las empresas como si fuera un logro de su gestión cuando, en realidad, todos sabemos que se trata de una medida que se ha impuesto en toda la Unión Europea. En cambio, se ha olvidado de los pequeños y medianos empresarios a los que sus socios comunistas los consideran políticamente sospechosos, “culpables de tener una naturaleza liberal y emprendedora”.

El resultado de esta aversión se ha plasmado en el hecho que, en nuestro país, estos emprendedores apenas han tenido ayudas eficientes durante esta pandemia. Italia, un país que tenía una situación económica y fiscal peor que la nuestra, ha dado 3 veces más ayuda de urgencia a sus pequeños empresarios que el Gobierno antisistema de Pedro Sánchez. Esperamos que los ciudadanos españoles tomen nota de lo que ha pasado de cara a las próximas elecciones generales.

Es curioso que el virus de esta pandemia saliera de China. Últimamente, al parecer, todo nos llega de China, una dictadura comunista que mezcla autoritarismo en lo político y sistema de mercado en lo económico. A la chita callando China es la única potencia económica que va a crecer este año 2020. Un 2 por 100. Es como un hongo que no para de extenderse.

China lidera las ventas mundiales de comercio electrónico

Hace casi 2 décadas, compraron millones de hectáreas en África para asegurarse alimentos y materias primas de primera necesidad. Ahora, han logrado que 70 países se hayan adherido a la “Ruta de la Seda”, una red de transporte ferroviario que traerá al corazón de Europa las mercancías de la China profunda en tan sólo 10 días.

Hace poco, China se ha hecho con la explotación de 2 puertos estratégicos en el Mediterráneo, el del Pireo en Grecia y el de Trieste en Italia. La llegada inmediata de ayuda sanitaria a Italia, al inicio de la pandemia, y el ofrecimiento reciente al presidente Macron de montarle fábricas electrónicas en Francia a cambio de permisos para instalar antenas 5G en suelo francés son una muestra de como trabaja la China Popular y el mundo que nos espera. Según el horóscopo chino, a partir del 12 de febrero de 2021, comenzará el año del Búfalo. El año que termina ha sido el año de la Rata, animal inquieto e imprevisible que nos ha dejado chafados, molidos y con pocas energías para levantarnos cada mañana. Ahora, llega el Búfalo, animal paciente y con una gran fuerza de voluntad. Esperemos que el Búfalo chino no venga con intenciones de rematar la faena. ¡Feliz año nuevo!

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